que hacer con una colmena zanganera
Entendiendo la situación. La clave: La inspección.
La inspección del nido de cría es una de las maneras más
simples y más precisas de determinar la salud de la colmena, y antes de abrir
una colmena, es esencial saber que es lo que se debe buscar dentro de ella para
ser capaces de determinar que acciones emprender.
Decíamos que el nido de cría es un gran revelador de la
salud, virtudes o problemas que tiene la colmena, pero no debemos caer en el
error de atribuir todos los problemas a una reina defectuosa; por ejemplo, el
envenenamiento por pesticidas o incluso una mala aplicación de un tratamiento
sanitario, puede derivar en problemas de la cría.
No obstante, muchos de los problemas se producen debido a
que la reinas han sido dañadas o matadas durante el manejo. La causa de
mortalidad de éstas son diversas: vejez, accidente, enfermedades, el tenaz
abejaruco…
Por lo tanto, lo primero que debemos comprobar en las
inspecciones al colmenar es que haya reina y/o huevos y larvas jóvenes. Y si
evidenciamos la falta de reina en la colmena, actuar tan pronto sea posible para
evitar males mayores.
Una colmena sin reina, es una colonia huérfana. Si no se
atiende a tiempo, algunas abejas obreras, debido a la emergencia, se
convertirán en ponedoras desarrollando la habilidad de poner huevos no
fecundados que sólo dan lugar a machos. Es lo que conocemos como colmena
zanganera, y en muchos casos, los apicultores deberemos entonar el “mea culpa”.
Características de una colmena zanganera.
¿Cómo la identificamos? Estos son los signos que presenta:
Muchos huevos en la misma celda.
Sólo cría de zángano. Muchas en celdas de obrera.
Celdas de obrera operculadas con elevación.
Huevos fuera de la base de la celda.
huevos colmena zanganeracria zanganera colmena
Soluciones.
¿Se puede salvar? Tal vez sí o tal vez no.
Una de las prácticas que se suele hacer es introducir una
nueva reina fecundada. La probabilidad de que no sea aceptada es muy elevada.
Pero analicémoslo también desde el punto de vista económico, echando números:
Si nos sale mal, habremos gastado dinero en la nueva reina, más el
correspondiente gasto de envío si la hemos encargado, más el consiguiente gasto
en tiempo y combustible del desplazamiento al colmenar… ¿nos conviene arriesgar
a perder tiempo y dinero por una colmena así? Hagamos siempre esa reflexión.
No obstante, métodos hay muchos más, uno de ellos el de
fusionar para aprovechar la abeja pecoreadora. Nuestro compañero y apicultor
Jean-Sébastien Alain nos cuenta cómo lo hace:
“Si la colmena tiene la suficiente población como para
“merecer” ser salvada, lo primero que haremos es apartar la colmena unos metros
del sitio originario.
Acto seguido cogemos los cuadros donde apreciamos cría y la
cepillamos en el suelo , dejando la abeja ponedora fuera de volver a la
colonia.
A continuación podemos coger los cuadros de zángano y
repartirlos por diferentes colonias “sanas”. De estas colmenas “sanas”
cogeremos cuadros de cría y los pondremos a la colmena en reparación/zanganera:
uno de cría abierta del día para permitir a la colonia sacarse una nueva reina
y uno o dos de cría cerrada para garantizar el remplazo de obreras nacientes.
Si estamos a final de floración deberíamos valorar el reducirla a núcleo hasta
nueva floración.
En cambio, si vamos a optar por poner una reina fecundada
(que es la opción más eficaz en campaña) deberemos poner 3 cuadros de cría
cerrada.
Por último, solo nos queda devolver la colmena a su sitio
originario para recoger la abeja de vuelo y seguir su proceso de recuperación
por si sola. Debemos tener en cuenta cuando hacemos un enjambre o arreglamos
una zanganera en primavera avanzada o verano y lo hacemos con su propia realera
, de ir ayudando periódicamente con cría ya que la abeja de verano tiene un
menor ciclo de vida y para cuando la abeja estuviera bien fecundada cabria la
posibilidad de no haber suficiente abeja para las necesidades de la cría.“
También hay quien aboga por colocarla encima de otra colmena
intercalando una hoja de periódico para que se junten cuando la roan. Pero se
trata de un manejo muy arriesgado y como antes hemos comentado, todo riesgo se
debería valorar.
La apicultura, como siempre decimos, es muy personal y
local, en el camino nos encontraremos con opiniones totalmente dispares e
igualmente válidas.
En definitiva: estudia todas las posibilidades, comprende
los riesgos y elige el camino que más te convenga. En caso de duda o confusión
opta por la opción más práctica y segura: Desarmar la colmena, desinfectar y
reaprovechar todo el material inerte que sea posible: cera, cuadros, miel…
Y sobretodo APRENDE: las buenas y malas experiencias siempre
nos hacen ser mejores apicultores
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