El sector de la apicultura de la Unión Europea es pequeño comparado con otros sectores agrícolas, pero proporciona buena parte de los servicios de polinización que necesita la agricultura, y además con una producción de alrededor de 250 mil toneladas de miel al año, es el segundo productor mundial después de China, aunque no produce suficiente miel para cubrir su propio consumo. En 2015, el coeficiente de autosuficiencia se situó en torno al 60 %. Estos datos corresponden al sexto informe de la Comisión del Parlamento Europeo.
Los Estados miembros con mayor producción de miel (Rumania, España, Hungría, Alemania e Italia) están ubicados principalmente en el sur de la Unión, donde las condiciones climáticas son más favorables para la apicultura.
En general, la producción de miel de la Unión Europea ha aumentado lentamente con el transcurso del tiempo, con variaciones anuales en función de las condiciones climáticas. No obstante, el mantenimiento de este nivel de producción puede resultar cada vez más difícil para los apicultores debido a los retos a los que se enfrentan en términos de salud y pérdida de hábitat de las abejas como consecuencia de la intensificación agrícola. El deterioro de las condiciones de producción, el aumento de los costos de producción y el incremento de las importaciones de miel más barata procedente de terceros países crean una situación de endurecimiento de la competencia.

Importaciones
La Unión Europea es el mayor importador de miel a nivel mundial, con un promedio anual de alrededor de 200 mil toneladas, y la mitad procede de China. Los otros dos principales proveedores son México y Ucrania. La miel importada de terceros países es mucho más barata que la producida en la UE. En 2015, el precio unitario medio de las importaciones de miel de origen chino fue de 1,64 euros el kilo, mientras que el precio medio de la miel de mil flores de la UE vendida a granel al por mayor fue de 3,78 euros el kilo.

Exportaciones
Las exportaciones de la UE son insignificantes comparadas con las importaciones.
En 2015, exportó alrededor de 20 mil toneladas de miel, lo que supone en volumen en torno al 8 % de la producción total. Exporta principalmente a mercados que demandan miel de alta calidad en Suiza, Arabia Saudita, Japón, Estados Unidos y Canadá. En 2015, el precio unitario medio de las exportaciones de miel fue de 5,77 euros el kilo.

Cantidad de colmenas
Según los datos facilitados en los programas correspondientes al período 2014-2016, existen alrededor de 16 millones de colmenas en la UE. Los cinco Estados miembros con el mayor número de colmenas están ubicados, principalmente, en el sur de la UE: España, Francia, Grecia, Rumania e Italia.
Existen alrededor de 600 000 apicultores en la Unión. El número de apicultores de la UE ha descendido. Muchos apicultores que abandonan el sector a causa de la edad no son sustituidos por nuevos apicultores. En el período 2011/2013 por ejemplo había más de 650 mil productores, aunque vale la salvedad que si lo comparamos con el lapso 2004/2006 se produjo un incremento ya que el número apenas ascendía a los 593 mil.
Alemania es uno de los pocos estados miembros que ha conseguido frenar el descenso del número de apicultores. La asociación de apicultores alemana dio prioridad a una estrategia de reclutamiento de apicultores y les ofreció cursos de iniciación que propiciaron un aumento del número de apicultores activos. Parte de estas iniciativas fueron financiadas por la medida «asistencia técnica» de los programas.
En 2015, el 96 % de los apicultores europeos gestionaban menos de 150 colmenas, el umbral por debajo del cual un colmenar no se considera “profesional”; solo el 4 % de los apicultores de la UE tenían más de 150 unidades.
Por último, es importante remarcar que el 72 % de los apicultores de la Unión Europea se encuentran asociados a alguna entidad apícola.

Programas apícolas
El objetivo de los programas es mejorar las condiciones generales de producción y comercialización de los productos apícolas en la Unión. No solamente la miel, sino además la jalea real, el polen, el propóleo o la cera.
A la hora de elaborar sus programas, los Estados miembros consultan a las organizaciones de apicultores y eligen entre una lista de medidas subvencionables las iniciativas que consideran más pertinentes.
Los fondos de la Unión dedicados al sector apícola son relativamente reducidos, pero se incrementan cada tres años con el fin de tener en cuenta las crecientes necesidades del sector, el éxito de los programas y las sucesivas ampliaciones de la Unión. En relación con los programas apícolas correspondientes al período 2017-2019, se aumentarán los fondos disponibles de la Unión a 36 millones de euros por campaña apícola.
La contribución de la Unión a los programas apícolas corresponde al 50 % del gasto, de modo que el 50 % restante es sufragado por los Estados miembros.
Sobre la base de las previsiones de gasto de los Estados miembros notificadas en sus programas, los fondos de la Unión se distribuyen de acuerdo con la proporción del número total colmenas de la Unión correspondiente a cada Estado miembro.

Medidas subvencionales
A la hora de elaborar sus programas, los Estados miembros consultan a las organizaciones de apicultores y eligen entre una lista de medidas subvencionables las iniciativas que consideran más pertinentes. Por ejemplo, durante las campañas apícolas 2014 y 2015, los Países Bajos decidieron aplicar solo una medida: la investigación aplicada.
A continuación se describe brevemente las seis medidas subvencionables:
Asistencia técnica: Está destinada a mejorar la eficacia de la producción y la comercialización mediante la aplicación de técnicas perfeccionadas. Incluye la organización de cursos básicos para los nuevos apicultores y formación permanente para los apicultores con experiencia y los responsables de agrupaciones o cooperativas.

Prevención de varroosis: Consiste es controlar la infestación de las colmenas por este parásito endémico. Dado que la varroosis es endémica en la UE y no es posible erradicarla completamente, el único medio para evitar las consecuencias de esta enfermedad consiste en tratar las colmenas con métodos y productos autorizados. Son necesarias algunas aportaciones financieras para ayudar a los productores a sufragar el incremento de los gastos derivados del tratamiento adecuado de las colmenas.

Racionalización de la trashumancia: Tiene por objeto contribuir a gestionar el traslado de colmenas en la Unión y facilitar emplazamientos a los apicultores durante la época de floración. La identificación de colmenas y marcos, la elaboración de un registro de trashumancia, las inversiones en material que facilite el proceso y la cartografía de las variedades de flores son algunas de las medidas que pueden contribuir a la gestión de la trashumancia.

Análisis de la miel: Buscan mejorar la comercialización de este producto. El análisis de la miel permite a los apicultores garantizar que el producto que comercializan cumple los requisitos fisicoquímicos establecidos en la Directiva correspondiente.

Repoblación de la cabaña apícola: Permite compensar, en parte, las pérdidas de abejas y, por ende, evitar la merma de la producción. Puede incluir la financiación de actividades en favor de la producción de reinas o la compra de colonias de abejas.

Investigación aplicada: Busca la mejora cualitativa de la miel y la divulgación de sus resultados puede contribuir a incrementar los conocimientos de los productores sobre prácticas específicas de apicultura.