LA ABEJA ASESINA: EL CASO QUE CONMOCIONÓ A AMÉRICA
En la década de los 60, la prensa americana se hizo eco de
un caso que puso en alerta a medio mundo: la hibridación entre dos abejas de la
miel había dado lugar a un nuevo organismo “imparable, agresivo y letal”. La
abeja asesina había llegado.
Durante mucho tiempo, este pequeño insecto fue protagonista
de múltiples portadas de diarios y revistas, e incluso inspiró algunas
películas de terror (como “The Swarm”, de 1978). Pero, ¿en qué momento la
ficción superó a la realidad? ¿Qué hay de cierto en esta historia? Te lo
explicamos en este artículo.
El origen de las abejas asesinas
Las abejas de la miel más famosas pertenecen a la especie
Apis mellifera, la cual se halla ampliamente distribuida por todo el mundo.
Todas sus subespecies son originarias de Europa, África y Asia, aunque muchas
de ellas (sobre todo las europeas) han sido importadas alrededor del mundo
debido a su enorme importancia como polinizadoras y productoras de miel.
Puedes leer más sobre este tema en el post “La vida en
familia de las abejas y la apicultura“.
apiario-abejas
La cría de abejas de la miel (apicultura) es una práctica
muy extendida en todo el mundo. En América, las abejas de la miel europeas
fueron importadas para este mismo fin. Autor: Emma Jane Hogbin Westby, CC en
Flickr.
El origen de las abejas asesinas se encuentra en la
subespecie A. mellifera scutellata o abeja africana, originaria de África
subsahariana y del sudeste de África. A diferencia de las abejas europeas,
éstas son muy agresivas. En América, estas abejas hibridaron con abejas de la
miel europeas importadas, generando unos híbridos conocidos como abejas
africanizadas o brasileñas. Estas abejas híbridas, junto con las abejas
africanas originales de la subespecie scutellata y sus descendientes en el
continente americano, son las que recibieron el sobrenombre de abejas asesinas.
distribución-abeja_africana
Distribución nativa de la abeja de la miel africana. Fuente:
UF/IFAS, Universidad de Florida. Ilustración original de Jane Medley,
Universidad de Florida.
¿Cómo y por qué se expandieron?
En los años 50, la importación de abejas europeas a América
era una práctica habitual. Sin embargo, mientras que la apicultura funcionaba
bien en los EUA, en Sudamérica el rendimiento era bajo debido a la inadaptación
de las abejas al clima tropical. Así fue como en el año 1956, el científico brasileño
Warwick Kerr propuso la importación de abejas de la miel africanas a
Sudamérica, pues sus requerimientos climáticos encajaban perfectamente con el
clima de Brasil; aun así, quedaba pendiente solucionar el problema de la
agresividad. La idea del Dr. Kerr era obtener una variedad dócil que fuese
productiva en climas tropicales mediante la selección artificial y el
cruzamiento de abejas africanas y europeas.
Todo habría sido un éxito si no fuera porque algunas abejas
experimentales se escaparon durante el proyecto, formando rápidamente nuevas
colonias en la naturaleza e hibridándose con abejas europeas (salvajes y en
apiarios), dando lugar a las ya mencionadas abejas africanizadas, más agresivas
y menos productivas de lo que Kerr esperaba obtener.
Actualmente, estas abejas se encuentran distribuidas por
todo el continente americano. En EUA, su límite se halla en los estados
sureños, pues su origen tropical frenó su avance hacia el norte.
dispersión-abeja_asesina
El avance de la abeja asesina por el continente americano
fue rápido, llegando incluso a los estados sureños de los EUA. Fuente de la
imagen: Harvard University Press (86).
Las abejas asesinas de cerca
Morfología
Uno de los problemas a los que se enfrentaban los
apicultores era diferenciar a las abejas europeas de las africanas y
africanizadas, pues son prácticamente idénticas a simple vista. Sin embargo, su
estudio ha permitido constatar dos diferencias: tanto africanas como
africanizadas son ligeramente más pequeñas (aprox. 10%) y sensiblemente más
oscuras que las europeas. La mala noticia es que aún siguen siendo necesarios
análisis morfométricos para diferenciarlas correctamente, sobre todo cuando los
genes africanos están más diluidos.
Comportamiento
Las abejas africanas presentan diferencias en determinados
rasgos de su comportamiento que las hacen potencialmente más peligrosas que sus
parientes europeas:
Más agresivas. La exposición a diferentes presiones
ambientales en su hábitat de origen podría ser la causa de esta diferencia: en
Europa, tradicionalmente se han seleccionado y criado variedades dóciles y
fáciles de gestionar, mientras que en África es habitual la recolección directa
de los panales salvajes. Esta práctica, más la presencia de enemigos naturales,
podría haber seleccionado individuos con una mayor capacidad para defender el
nido.
Ataque masivo. Mientras que las europeas atacan en números
no superiores a 10-20 individuos, las africanas lo hacen en grupos de
centenares, pudiendo causar entre 100-1000 picadas. Existen evidencias de la
producción de feromonas durante el ataque que incitarían a otros individuos a
unirse. Por otro lado, el territorio que defienden alrededor del nido es muy
superior y el nivel de estímulo que necesitan para iniciar un ataque es más
bajo.
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Los casos de ataques masivos de abejas africanas y
africanizadas son poco frecuentes, pero impactantes. Arriba, el granjero Lamar
LaCaze fue atacado por una colonia de 70.000 abejas que se había instalado
dentro de un antiguo calentador de agua (Fuente: Inside Edition). Abajo, el
caso del escalador Robert Mackley, el cual fue atacado durante más de 3 horas
cuando quedó atrapado mientras efectuaba una ascensión; recibió alrededor de
1500 picadas (Fuente: Phoenix New Times; autor: Robert Mackley).
Facilidad para formar enjambres. Las colonias de abejas
europeas forman enjambres (cuando unas cuantas abejas parten con la abeja reina
para formar una nueva colonia) de 1 a 3 veces al año, mientras que las abejas
africanas pueden llegar a formarlos hasta 10 veces al año, más aún si se
sienten amenazadas.
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Selección del lugar de nidificación. Las abejas africanas
son poco selectivas a la hora de escoger un lugar donde nidificar, de manera
que pueden encontrarse en una gran variedad de espacios, sobre todo pequeños:
cañerías, cubos de la basura, grietas de edificios, agujeros en el suelo, etc.
Usurpación de nidos de abejas europeas. Este es,
posiblemente, uno de los aspectos más curiosos de su comportamiento. El proceso
tiene lugar muy sutilmente: las obreras de un enjambre de abejas africanas que
aterriza en el nido de una colonia de abejas europeas empiezan a intercambiar
comida y feromonas con las obreras europeas; de esta manera, las abejas
europeas dejan de verlas como intrusas y las adoptan dentro de la colmena. De
pronto, en algún momento del proceso la reina europea muere y es sustituida por
la reina africana. Así, las abejas europeas son sustituidas por abejas
africanas y sus híbridos.
Biología
Aunque la biología reproductiva y el desarrollo de las
abejas de la miel es muy parecido, hay algunos rasgos de las africanas que les
confieren ciertas ventajas adaptativas respecto a las europeas, hecho que en
buena parte explicaría el éxito de su dispersión:
Mayor producción de machos haploides por partenogénesis
(zánganos). Éstos forman grandes nubes durante el vuelo reproductor que superan
con creces los de los machos europeos. Así, la probabilidad de que las reinas
europeas entren en contacto y copulen con machos africanos es muy superior,
hecho que favorece a los genes de la subespecie africana.
Desarrollo rápido. Las colonias crecen y se dispersan
rápidamente.
Mayor resistencia a patógenos y parásitos. Por ejemplo, a la
varroa, al escarabajo de las colmenas Aethina tumida o a las bacterias del
género Paenabacilis, los cuales han acabado con muchas poblaciones de abejas
europeas en América.
La forma cómo se expresan todos estos caracteres en las
abejas híbridas varía en función de la proporción de genes europeos y africanos
que presenten, hecho que depende de la distancia al foco original de
dispersión. Así, en EUA los híbridos son genéticamente más cercanos a las
europeas y generalmente resultan menos agresivos.
¿Son realmente un riesgo para la salud pública?
Tanto el número de picadas que reciben sus víctimas
(provocando reacciones anafilácticas incluso en personas no alérgicas), como la
ferocidad de su ataque, su gran versatilidad a la hora de escoger un lugar
donde nidificar (propiciando su proximidad a zonas urbanas) y su sensibilidad
ante cualquier movimiento, ruido o vibración (pudiendo desencadenar la
formación de enjambres), son motivos suficientes para considerarlas un peligro
para la salud pública.
Sin embargo, los casos más alarmantes de ataques masivos
suelen ser hechos aislados, y lo que realmente preocupa a nivel de salud
pública son los grupos de riesgo (niños, personas grandes y enfermas o
incapacitadas) y los animales domésticos, los cuales tendrían más dificultades
para huir y sobrevivir a un ataque, aunque éste no fuera masivo.
A pesar del riesgo potencial que suponen, actualmente la
situación está muy controlada gracias a que su estudio y seguimiento han
permitido poner en marcha diferentes medidas para tener un buen control de sus
poblaciones e, incluso, sacarles provecho. Por ejemplo, en Centro y Sudamérica
hace años que las crían para producir miel y polinizar conreos, habiéndose
convertido en grandes productores a escala mundial. Para ello, aplican medidas
de gestión de los nidos algo diferentes, como dejar que se desarrolle una única
colonia por colmena.
. . .
Aunque la “abeja asesina” pueda resultar peligrosa dado el
caso, no debería considerársela un mal mayor dada la enorme cantidad de
información y control que existe actualmente sobre sus poblaciones. Sin
embargo, una vez más se demuestra que la interacción del ser humano en los
ecosistemas y la introducción de especies no nativas puede jugar malas pasadas…