Es ampliamente aceptado el hecho de que la abeja necesita el
néctar y el polen para sobrevivir y desarrollarse. Sin embargo, hay situaciones
en las que los recursos naturales de néctar faltan y entonces aparece la
necesidad de las intervenciones adicionales de la alimentación con
carbohidratos. Estas alimentaciones suplementarias deben tener una meta clara y
según ésta se puede decidir cuándo y cómo se pueden hacer estas alimentaciones.
Como principios generales, la administración del azúcar en
altas concentraciones (azúcar granulada, tortas de azúcar, jarabe 2:1, jarabe
5:3 e incluso jarabe 3:2) se indican en las alimentaciones suplementarias,
ellas no tienen un impacto estimulativo importante sobre la familia. Los
jarabes con una menor concentración de sacarosa (como es el jarabe de azúcar y
agua en una proporción de 1:1, es decir una concentración de 50%) ayudan a
estimular la familia y por lo tanto a acelerar su desarrollo.
A continuación les propongo una presentación de los más
comunes ejemplos concretos de metas que se pueden proponer para las
alimentaciones suplementarias de carbohidratos, como también las soluciones de
alimentación recomendadas para cumplirlas.
1. Completar las reservas para invernación
Se recomienda que se use solución de azúcar y agua en una
proporción de 2:1 es decir 67% concentración de sacarosa. La adición para la
invernación se suele hacer mediante alimentaciones en grandes cantidades (3-4
litros por administración), pero obviamente se deben relacionar con el poder de
la familia o del enjambre. Como la solución de azúcar y agua en proporción de
2:1 es una solución saturada, la disolución del azúcar se hará bastante difícil
y entonces muchas veces se prefiere una solución en proporción azúcar/agua 5:3
o 3:2. Yo creo que estas son opciones igualmente buenas si la adición no se
hace demasiado tarde. De lo contrario, el exceso de humedad hace que la abeja
opercule más difícil las reservas y que de esta manera aparezcan los riesgos ya
conocidos: la fermentación del jarabe en los panales que puede llevar a la
aparición de la disentería. A continuación, encontrará algunos números que lo
ayuden a calcular las cantidades si prepara jarabe 2:1.
Agua (litros) Azúcar
(kg) Jarabe (litros)
1 2 2.26
10 20 22.6
100 200 226
2 4 4.52
20 40 45.2
200 400 452
Jarabe (litros) Agua
(litros) Azúcar (kg)
10 4.46 8.9
20 8.85 17.7
50 22.1 44.2
100 44.2 88.4
200 88.4 176.8
1000 442 884
2. Estimular las familias en la primavera o en las
temporadas largas sin cosechas (para mantener la cría y la población)
Tal como estaba diciendo anteriormente, la estimulación se
logra con mayor eficacia con solución diluida de agua y azúcar en una
proporción de 1:1. Esta es una discución que quiero desarrollar porque me di
cuenta de algo que suele ocurrir a finales de inviernos o a principios de
primavera. Se utilizan tortas de azúcar no solo para completar las reservas
(aunque esto no debería pasar, es preferible que la alimentación se hiciera con
tortas de azúcar si corre el riesgo de quedarse sin alimentos), sino que las
tortas de azúcar se usan para estimulación. Existe la idea de que consumiendo
torta se aumenta la temperatura del racimo (lo que es cierto, pero no
necesariamente beneficioso) y por lo tanto la cría se desarrolla antes de
tiempo. Yo creo que el comienzo de poner huevos en las familias o en los
enjambres bien organizados (población y alimentación) se hace de forma natural
en enero (a más tardar a principios de febrero en los años difíciles) en un
ritmo que la familia decide y que es adaptado a sus necesidades y
posibilidades. Una vez que empieza poner huevos, la abeja eleva la temperatura
del racimo a unos 34 grados y aumenta el consumo de miel.
La miel estimula mucho mejor a la familia que la torta de
azúcar, ya que contiene un residuo de polen. Así que yo no veo algún beneficio
en la alimentación con torta de azúcar a menos que, de nuevo, se comprueba el
peligro del agotamiento de la reserva del otoño. Apoyar el desarrollo de la
cría a inicios de primavera o durante los períodos sin cosecha mediante la
alimentación energética (tengo que mencionar energética porque en este caso la
alimentación proteica es por lo menos igual de importante, voy a detallar esto
en los próximos artículos) se hace mejor administrando jarabe 1:1 en cantidades
bajas o medias. Durante la primavera, las administraciones se pueden hacer nada
más si la temperatura lo permite. No me refiero solamente a la temperatura del
día de la administración, sino a un período con temperaturas que permitan la
ventilación del jarabe por la abeja. Por lo tanto, introducir una gran cantidad
de agua que no podrá ser evaporada, aumenta el riesgo de aparición de la
nosemosis, la primavera siendo un período muy delicado en este sentido. Muchas
veces no logro explicar las situaciones en las que veo como los apicultores
buscan soluciones para reducir la condensación durante el invierno, pero
después administran jarabe 1:1 cuando aún hay demasiado bajas temperaturas y luego
no comprenden por qué hubo una explosión de los esporas de Nosema.
3. La alimentación suplementaria para estimular la cosecha
de polen y la crianza de los zánganos
En ambas situaciones se puede utilizar con éxito el jarabe
de azúcar 1:1 en cantidades bajas a moderadas (1-2 litros por semana).
Estimular la cosecha de polen tiene, además de la posible utilidad de conseguir
polen para mercadeo, también un papel importante durante los períodos finales
de temporada activa. Mediante la alimentación durante ese período, se puede
conseguir un doble beneficio: se mantiene el desovar de la abeja reina a un
buen nivel (para el crecimiento de la población joven de invernar), pero
también se asegura el necesario de pan de abejas que se convierte en punto
clave en el desarrollo de la próxima primavera.
Mantener la población de zánganos, aunque podría parecer un
objetivo de los criadores de abejas reinas, debería ser considerado seriamente
también por los que acoplan abejas reinas en el colmenar para sus propias necesidades.
Manteniendo una población óptima de zánganos, el acoplamiento se producirá en
condiciones mucho mejores. Es más, mediante la alimentación suplementaria se
puede estimular la crianza de zánganos en las familias con las mejores
cualidades cuando no hay la posibilidad de instalar un colmenar separado para
reproducción. Aunque la eficiencia de este método no sea la más alta, es un
primer paso práctico en el proceso de selección de la línea paterna.
A continuación hay unos números que le puedan ayudar a
calcular las cantidades al preparar el jarabe 1:1.
Agua (litros) Azúcar
(kg) Jarabe (litros)
1 1 1.575
10 10 15.75
100 100 157.5
2 2 3.15
20 20 31.5
200 200 315
Jarabe (litros) Agua
(litros) Azúcar (kg)
10 6.35 6.35
20 12.7 12.7
50 31.7 31.7
100 63.5 63.5
200 127 127
1000 635 635
En todos los casos que presentamos, es muy importante
escoger el momento en el que se hará la alimentación. Las alimentaciones hechas
demasiado tarde o demasiado temprano pueden llevar a resultados no deseados y
son una pérdida de tiempo y dinero para el apicultor. Por ejemplo, una adición
demasiado tardía de las reservas o una estimulación prematura pueden no traer
los beneficios esperados e incluso puede dañar a la abeja. También, la falta de
intervenciones en los largos períodos sin cosecha o incluso las intervenciones
demasiado tardías en tales situaciones pueden dañar mucho a las familias y a
los enjambres. Además de la reducción drástica de la cría y por lo tanto de la
población, en los períodos largos sin cosecha baja dramáticamente también el
instinto de higiene de la familia, lo que puede llevar a una mayor incidencia
de las enfermedades específicas.
Muchas veces se considera que una abeja debería valerse por
sí misma durante la temporada activa. La tal teoría naturalista. Aunque la
mayoría sean cosas reales, hay límites de esta teoría que la experiencia
práctica mostró. Esto sobre todo porque la naturaleza no siempre ofrece las
mejores condiciones para el desarrollo de la abeja. Hay un mecanismo normal
para limitar el superdesarrollo de ciertas especies y por lo tanto de mantener
un equilibrio. No hay que olvidar, que por desgracia tal como decía Randy
Oliver, la abeja (y no solo ella) está en constante competencia hace mucho
tiempo con el hombre, que para satisfacer sus diversas necesidades cambia sus
condiciones de vida (por ejemplo, el uso de insecticidas para aumentar la
producción, el uso de los monocultivos, la deforestación para dar paso a
construcciones y otras actividades similares). El apicultor profesional no
puede simplemente dejar que la naturaleza decida la evolución de sus familias,
tal como promueven últimamente varios „naturalistas”. Usando la lógica más
elemental, podemos ver que incluso en condiciones naturales ideales, la
reproducción de la abeja es limitada por la naturaleza. De otra manera, ¿cómo
se explica el hecho de que en un bosque primario la población de abejas sigue
constante aunque durante la temporada activa las familias se reproducen
naturalmente por enjambres al menos una vez? Y entonces ¿qué más podemos decir
de la situación en la que estamos hoy, si las condiciones de vida de las abejas
son lejos de lo ideal? Entonces, utilizar las alimentaciones suplementarias en
los largos períodos sin cosecha tiene un papel esencial en los resultados
buenos.
El momento de estas alimentaciones depende de varios
factores (el poder de la familia/del enjambre, el clima, la zona, cosechas
etc.) y siempre habrán opiniones diferentes en cuanto al momento ideal para la
alimentación. Crear un sistema de alimentaciones adaptado a las necesidades de
cada apicultor en cuanto a los períodos mejores para alimentaciones es una de
sus mayores responsabilidades porque implica una muy buena información y un
poco de experiencia práctica.
En el artículo de hoy, he tratado de simplificar lo más
posible y ofrecer informaciones prácticas para ayudar a implementar un sistema
confiable de alimentaciones de carbohidratos suplementarias. En esta área, las
cosas son muy claras y no deberían complicarlas innecesariamente (las
respuestas a las necesidades energéticas de la abeja han sido estudiadas y
probadas desde hace mucho tiempo, en total oposición con la situación de la
alimentación proteica, donde no hay todavía una evolución continua de las
informaciones). Es obvio que los beneficios de las alimentaciones
suplementarias son máximas cuando se aseguran ambos recursos, tanto la de
carbohidratos, como también la proteica. Justo por eso, en los próximos
artículos me voy a referir a los principios y a las fórmulas óptimas de alimentación
proteica suplementaria de la abeja que nos ayuden a intervenir de forma más
eficiente.
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