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viernes, 31 de agosto de 2018

Colombia se prepara para exportar miel

Colombia se prepara para exportar miel




Agencia de Noticias UN– El país se prepara para tener un sello de calidad de exportación similar al del café colombiano. Investigadores de la Universidad Nacional analizan las mieles de varias regiones del país para dar el primer paso hacia el registro de calidad.

No es solo su sabor, textura y aroma lo que hacen que la miel colombiana sea clasificada como una de las mejores del mundo. A este producto de las abejas se le han hallado propiedades antibacterianas, con potencial para contrarrestar enfermedades. Así lo están demostrando investigadores de la Universidad Nacional, que avanzan en la búsqueda de una denominación de origen de las mieles colombianas encaminadas a su exportación.

Para determinar sus rasgos y analizar la producción de la miel en diferentes regiones del país, especialistas del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos, Icta, de la UN de Colombia utilizan una herramienta llamada ‘nariz electrónica’, que consta de sensores que perciben diferentes compuestos y permite obtener una huella digital, única y propia para poder comparar y caracterizar la miel.

Avances

En el laboratorio se analizan mieles de cuatro zonas del país (Santander, Cundinamarca, Boyacá y Magdalena) para determinar sus propiedades y poder diferenciarlas, así como observar las prácticas y el manejo de la colmena.

"Las muestras arrojan diferentes perfiles. Cuando se agrupen por regiones se podrá evidenciar también la diversidad de gérmenes, lo cual será de gran impacto", explicó Judith Figueroa, microbióloga de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia, quien asegura que con esta información los productores podrán avanzar hacia el sello de calidad.

Antecedentes

En el 2005 el Ministerio de Agricultura convocó al sector productivo y a la academia para hacer proyectos conjuntos en lácteos, frutas y miel, entre otros alimentos. Tres áreas de la Universidad se unieron para formular el proyecto: El Icta, que ha trabajado en pruebas cotidianas de examen de mieles; la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, a través del área de microbiología y la Facultad de Ciencias, a través de la bióloga Guiomar Nattes, quien investiga sobre abejas.

Estas tres fuerzas lograron establecer el contacto con asociaciones de apicultores, que era uno de los requisitos para poder participar en el proyecto, y ahora trabajan en un objetivo común: la denominación de origen de la miel.

Como lo explicó la profesora Martha Quicazán, coordinadora del área química, del Icta, "además de establecer las herramientas técnico-científicas para que los apicultores conozcan las propiedades de sus mieles y su trazabilidad y que los consumidores puedan saber de dónde viene la miel, la fecha de producción, el número de lote y el reporte de las propiedades benéficas".

Según la profesora Consuelo Díaz, del Icta, "estamos caracterizando la miel para que el productor pueda solicitar el sello de calidad. Este proceso es demorado, pues tiene que pasar por un proceso de conocimiento, caracterización de diferentes puntos de vista, capacitación para mejorar prácticas y, a su vez, los apicultores tienen que trabajar como empresa, como núcleo productivo si acceden al sello".

Denominación de origen

Es un tipo de indicación geográfica aplicada a un producto agrícola, cuya calidad o características se debe fundamentalmente al medio geográfico en el que se produce, transforma y elabora.

Es la calificación que se utiliza para proteger ciertos alimentos, que se producen en una zona determinada, contra productores de otros lugares que quisieran aprovechar el buen nombre que han posicionado los originales en un largo tiempo de fabricación o cultivo.

Pierden las abejas y ganan Monsanto/Bayer y Syngenta en chile

Red de Acción en Plaguicidas RAP-Chile
Comunicado de Prensa  12 de mayo 2017
Nuevo Proyecto de ley de regulación de la apicultura: Pierden las abejas y ganan Monsanto/Bayer  y Syngenta
Ministro Furche desvirtuó proyectos originales de senadores Tuma y Letelier

Ante la Comisión de Agricultura del Senado, la coordinadora nacional de la Red de Acción en Plaguicidas-Chile, María Elena Rozas, entregó el pasado 8 de mayo una documentada presentación sobre la asociación entre el uso de los insecticidas neonicotinoides y el colapso de las colmenas de abejas, así como con la desaparición de otros polinizadores.  Expresó M. Elena Rozas: “El proyecto sustitutivo enviado por el ejecutivo desvirtúa los proyectos de ley que se vienen discutiendo desde hace tres años, y cuyos objetivos eran regular  la actividad apícola para proteger las abejas y su hábitat.  El texto del gobierno de Bachelet y su ministro Carlos Furche descarta los objetivos centrales de las mociones anteriores, desmantelando por completo la iniciativa que incluía la prohibición de los insecticidas neonicotinoides que matan las abejas.”  Las abejas enfrentan  una doble amenaza: los insecticidas neonocotinoides, que por ser  sistémicos están presentes en todas las partes de la planta, desde la raíz al tallo, hojas y flores, afectando su sistema nervioso y  su orientación para volver a la colmena. Los cultivos transgénicos, por otra parte, contienen toxinas que también las afectan, alterando su conducta alimenticia lo que puede causar su muerte y las hace más susceptibles al ataque de enfermedades.


La dirigente de ANAMURI, Alicia Muñoz también mostró en sa  sesión de la Comisión de Agricultura,  su rechazo  al nuevo proyecto, en tanto María Isabel Manzur, de Chile Sustentable  formuló a su vez críticas a la postura oficial insistiendo en la necesidad de volver a enfocarse en la biodiversidad.
El Ministro de Agricultura Carlos Furche,  envió en enero de este año las indicaciones sustitutivas a dos proyectos de ley, los boletines N° 9.479-01 del senador Letelier,  y N° 10.144-01 del senador Tuma y otros.  Esos proyectos tenían una mirada amplia sobre el tema de la apicultura, considerando que  la producción de alimentos a nivel mundial y nacional, así como la biodiversidad  dependen en gran medida de la polinización.  Las abejas y los polinizadores proveen un servicio valorado en 0,4 trillones de dólares. El 75% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras que comemos y/o Chile exporta, procede de la polinización.
Gobierno: “En Chile no hay desaparición de abejas”
El gobierno de Bachelet sostiene que Chile no está afectado por la masiva desaparición de las abejas, un fenómeno complejo en el que se suman los impactos  de plaguicidas, cultivos transgénicos, cambio climático, monocultivos que privan del sustento adecuado a estos insectos, además de las enfermedades y parásitos, entre otros. Sin embargo, la actividad apícola nacional  se sabe gravemente perjudicada por la muerte masiva de abejas, y por ello es de vital importancia fomentar esta actividad y otorgar protección a los polinizadores, objetivos que eran recogidos en los proyectos ya señalados.
El lobby oculto
En cambio el Ministerio de Agricultura y sus asesores, históricamente ligados a la agroindustria (FEDEFRUTA), a gremios como ANPROS, que defienden los semilleros transgénicos,  y  a los importadores de agrotóxicos de AFIPA y otras entidades similares,  desvirtuaron por completo esos objetivos limitándose a plantear la regulación burocrática de  la actividad productiva de la miel.El ministerio de agricultura aduce que los objetivos originales los recogerían otras legislaciones y regulaciones.
Furche y el  premio de Crop Life
Es relevante recordar que Crop Life Latin America, que representa los intereses de Monsanto/Bayer, Singenta y otras transnacionales de los químicos y transgénicos, premió en 2015 al ministro Furche “por las políticas públicas que el país ha desarrollado” para beneficio de este sector. Coherente con ello,  el único objetivo de su proyecto es  la promoción del desarrollo sustentable de la apicultura como actividad silvoagropecuaria”. Ignoró así el bienestar de las abejas y la existencia de polinizadores  como el abejorro chileno, que está en peligro de extinción, además  de las especies nativas de abejas.  Además de la abeja actual, la Apis Melifera, que llegó con los colonizadores españoles, existen en Chile alrededor de 424 especies nativas de abejas, con un porcentaje de endemismo que alcanza el 70%.
Según María Elena Rozas, “el texto del nuevo proyecto demuestra la ausencia de voluntad política para enfrentar el grave problema que representa la muerte de las abejas y la pérdida de biodiversidad no solo para el sector apícola, sino también para todas las actividades agrícolas y la alimentación.  Sorprende la ceguera con se pretende regular un sector que es una reserva estratégica. El 82% de la producción de miel chilena proviene de especies vegetales melíferas del bosque nativo.  El proyecto tampoco resguarda ni reconoce el valor de los servicios ecosistémicos ni de los activos ambientales de las regiones donde se concentra la actividad apícola.  La mayor parte de la producción va a la Unión Europea. , que tiene desde 2013 una moratoria a los plaguicidas neonicotinoides. El año 2014 se exportaban 7.034 toneladas y 6.761 toneladas iban a ese destino”.
Regulaciones  incumplidas y enfoque economicista
La contaminación de semillas convencionales con transgénicas, fue detectada en numerosas ocasiones en maíz exportado a Alemania. Asimismo ACHIPIA señala que los agricultores chilenos no utilizan las buenas prácticas de manejo de plaguicidas. Las denuncias recibidas en los últimos años por RAP-Chile sobre mortandad masiva de colmenas lo comprueban. En los últimos tiempos los y las apicultores dejaron de informar de estos incidentes al SAG dado que no obtuvieron resultados. Los fiscalizadores llegaban demasiado tarde, cuando ya no se podían tomar las muestras adecuadas. Por otra parte la respuesta del gobierno actual a la mortandad es implementar un seguro, que partió en un plan piloto con una aseguradora española, de manera de compensar económicamente a los apicultores cuando sus abejas mueren por el impacto de los insecticidas aplicados en su entorno más cercano o por haber polinizado en lugares donde se habían aplicado insecticidas peligrosos. Ello demuestra cero preocupación por la biodiversidad.
Las propuestas de RAP-Chile enfatizan en la necesidad de un enfoque integral para el fomento de la apicultura. La Unión Europea ha adoptado medidas para enfrentar el colapso de sus colmenas, prohibiendo temporalmente el uso de los neonicotinoides, y en el futuro próximo tomará medidas definitivas. En Francia está vigente una Ley de Biodiversidad que señala el año 2018 como fecha para la prohibición de estos agrotóxicos y su remplazo por alternativas preferentemente no químicas. El Senado francés se encuentra estudiando desde marzo de este año un documento elaborado por la Agencia Sanitaria Francesa para demostrar la existencia de esas alternativas, exponer sus características y efectividad,  y asegurar que la prohibición definitiva de los neonicotinoides es viable. Los informes científicos de que disponen aseguran que el impacto dañino de los neonicotinoides es la causa más importante del colapso de las abejas, sin desconocer que se trata de un fenómeno multifactorial.
La presión empresarial
Los plaguicidas que matan las abejas son producidos por las transnacionales Bayer y Syngenta que globalmente realizan un lobby extendido contra su prohibición. Alicia Muñoz, dirigente de ANAMURI evalúa negativamente el proyecto del gobierno y tiene claro por qué Furche no recoge los objetivos iniciales: “Lo que ocurrió es grave, los objetivos de protección de las abejas y los polinizadores se dejaron de lado en este nuevo proyecto que suprime la prohibición de los insecticidas neonicotinoides. Esto ocurrió debido a la presión empresarial, que tiene un peso muy fuerte en el gobierno. Y las más afectadas van a ser las mujeres apicultoras, que proveen de miel a los grandes exportadores.  Esto las daña como trabajadoras pero también daña su salud y va a tener consecuencias en la alimentación de todos nosotros. Las apicultoras no tendrán a quién recurrir y no podrán parar las mortandades de sus colmenas.  Donde hay abejas hay vida, flora y fauna, bosque nativo que proteger. Los estudios científicos muestran claramente el daño producido por estos químicos, pero el gobierno está ciego y no quiere escuchar las demandas del mundo social.”
Para RAP-Chile el proyecto presentado por el ejecutivo no fomenta la apicultura, no protege las abejas ni los polinizadores. Se  limita a regular la actividad obligando a los productores a inscribirse en un registro nacional que facilite su control, lo cual es una discriminación respecto de otras actividades económicas y es impracticable en el caso de muchos de los pequeños apicultores. Es necesario que la Comisión de Agricultura rechace esta engañosa iniciativa de ley, puesto que  no aborda los factores más importantes relacionados con el colapso de las colmenas y la disminución de los polinizadores.

En 15 años Chile podría perder las abejas o convertirse en su último refugio

En 15 años Chile podría perder las abejas o convertirse en su último refugio





El síndrome de desaparición de las colmenas tiene preocupados a los científicos y productores de todo el mundo. En el país también se da, pero, según los expertos en forma acotada. De acuerdo a Claudia Carbonell, si bien cada año se pierde entre un 8% y un 10% de colmenares debido al paso del invierno. "Sin embargo, esta situación se ha ido incrementando por el efecto conjunto de enfermedades y problemas nutricionales, lo que constituye una preocupación sectorial", comenta. Y agrega que, aún así, las pérdidas distan mucho de alcanzar los niveles que existen en el hemisferio norte.
Además de los problemas sanitarios y nutricionales, así como a la pérdida de vegetación por el avance de la urbanización y la deforestación, en el sector se sostiene que una causa externa es la mala aplicación de plaguicidas. Boris Deslahovich menciona que en Chile no se respetan las normas de aplicación de agroquímicos cuando las abejas están cumpliendo su labor de polinización.
"La mortandad debido a las aplicaciones de agroquímicos afecta mayoritariamente a las abejas adultas, que son las encargadas de abastecer de alimentos a la colonia, produciéndose así un colapso en la organización social de la colonia", comenta Deslahovich.


La población de estos insectos disminuye un 8% cada año, lo que pone en riesgo su futuro. Pero por sus condiciones geográficas, Chile podría representar su última oportunidad para subsistir.


SANTIAGO.- Las abejas podrían desaparecer de Chile en sólo quince años, pero el país también podría convertirse en el último refugio de estos laboriosos y benéficos insectos, según dijeron a Efe los expertos de la ONG "Plan Bee". La población de abejas disminuye un 8% cada año, lo que proyectado a quince años se convertirá en un serio peligro de extinción para la especie, advierte Paula Pedreros, cofundadora de la organización. La paradoja es que Chile, debido a sus condiciones geográficas y recursos hídricos, también podría convertirse en el último refugio de las abejas, cuya existencia está amenazada por igual en todo el mundo, debido a factores que resultan comunes en los cuatro puntos cardinales. "La sequía, deforestación, el uso de pesticidas, las antenas de la telefonía celular, torres de alta tensión, cultivos transgénicos y la invasión de especies invasoras, como las avispas africanas llamadas 'chaquetas amarillas' en Chile", enumeró Paula Pedreros.  "Es fundamental darse cuenta de que nuestra existencia como seres humanos depende de la vida de las abejas, ellas son ahora el principal indicador de que nuestro planeta está agonizando", subrayó. Tras analizar más de 52.000 colmenas en dos años en las regiones de Coquimbo y Valparaíso, los profesionales de Rejipro, una empresa chilena dedicada a la extracción de propóleos, se percataron de que era necesario crear un "plan B" para trabajar por la concienciación de la sociedad sobre la conservación de las abejas. La forma de contrarrestar estas adversidades comienza, según Pedreros, "por pedir a los habitantes de Chile que planten flores, para poder recuperar y mantener la población de abejas".  Hay que tener presente "que este proyecto ayudará a descontaminar la tierra" remarcó la experta. Plan Bee ha emprendido también una amplia campaña en los colegios, enseñando a los jóvenes la importancia de la abeja en la vida diaria y promoviendo la instalación de colmenas urbanas en Santiago. "Estamos creando espacios para la biodiversidad, ya tenemos la primera reserva de abejas en Los Molles  (300 kilómetros al norte de Santiago) y esperamos de aquí a fin de año tener al menos dos más", explicó Pedreros. Sin embargo, desde la ONG reclaman "medidas del gobierno para evitar la desaparición de las abejas", razón por la cual han escrito cartas a los ministros Carlos Furche (Agricultura) y Pablo Badenier (Medio Ambiente) denunciando la utilización de plaguicidas neonicotinoides en los cultivos.  Tales sustancias, "están perjudicando gravemente la población de abejas, de otros insectos polinizadores y de aves silvestres", protestó Paula Pedreros. La desaparición de las abejas supondría además la pérdida de miles de empleos que dependen directamente del trabajo de estos insectos, especialmente en el ámbito rural. Asimismo, provocaría una drástica disminución de los ingresos del sector frutícola y transformaría la cadena alimentaria tal y como la conocemos, razones suficientes para pasar a la acción y evitar que se extingan en los próximos 15 años, concluyó la experta.

virus transmitidos por abejorros ponen en jaque a las abejas

virus de abejorros transmitidos a las abejas



Agencia CyTA-Instituto Leloir - Los patógenos, que afecta a la población de las colmenas, se podrían contagiar cuando ambos insectos polinizan las mismas plantas, revelaron investigadores argentinos.

La salud de muchas abejas productoras de miel se ve alterada por tres virus contagiados por los abejorros, insectos de misma familia pero de mayor tamaño. Así lo revelaron investigadores argentinos, para quienes los abejorros serían “reservorios” que transmiten pero probablemente no se vean afectados por los microorganismos.
El descubrimiento “servirá para pensar en estrategias destinadas a proteger a las colmenas, las cuales registran altos niveles de mortandad tanto en la Argentina como en el exterior”, afirmó a la Agencia CyTA el autor principal del estudio, el doctor Francisco José Reynaldi, investigador del CONICET en la Cátedra de Virología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata.
Los científicos identificaron en abejorros de la provincia de Buenos Aires tres virus que, se sabe, pueden causar la muerte de abejas (pupas, larvas o adultas) o debilitarlas frente a otras amenazas: el virus de las alas deformadas o DWV; el virus de la cría sacciforme o SBV; y el virus de las celdas reales negras o BQCV. El contagio de las partículas virales se produciría en las plantas que ambos insectos polinizan, señaló Reynaldi.
Argentina se encuentra entre los tres primeros países que más miel exportan, alrededor del 15 por ciento de la producción mundial.
“Si las abejas comenzaran a desaparecer, a la humanidad le quedaría pocos años de vida”, dijo Reynaldi. Sin polinizadores, como las abejas o los abejorros, no habría plantas ni animales herbívoros que se alimentan de ellas, agregó.
autor del estudio

El doctor Francisco José Reynaldi, investigador del CONICET en la Universidad Nacional de La Plata, lideró el estudio que permitió identificar la fuente de contagio de tres virus que afectan a las abejas.

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