¿Quieres conocer la nueva normativa de apicultura ecológica? El 30 de
mayo se publicó el nuevo reglamento. No entrará en vigor hasta el 21 de enero
de 2021.
Indice de contenidos
Para empezar
No existe una normativa de apicultura ecológica específica, donde se
regulen los requisitos que deben cumplir aquellas explotaciones apícolas que
deseen obtener la certificación ecológica.
Estos requisitos aparecen establecidos en un reglamento que se ocupa, en
general, de establecer las normas de producción ecológica para distintos
sectores productivos de la agricultura y ganadería y para diferentes cultivos y
especies.
Todo junto dentro de una misma norma.
La nueva normativa
de apicultura ecológica
El reglamento anterior ha sido derogado el 30 de mayo y uno nuevo acaba
de publicarse para sustituirlo.
En él se encuentran, más o menos escondidos y dispersos, los requisitos
para la apicultura ecológica.
Se trata del Reglamento (UE) 2018/848 del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, sobre producción ecológica y
etiquetado de productos ecológicos y por el que se deroga el reglamento (CE)
nº834/2007 del Consejo.
Es probable que este reglamento se complemente en el futuro con otro de
aplicación.
Este reglamento complementario, el de aplicación, establecería
medidas más específicas para cada tipo de producción.
El origen de la
apicultura ecológica
La apicultura, en general, siempre ha sido una práctica más o menos
ecológica.
El uso de tratamientos químicos para combatir las enfermedades de las
abejas ha sido esporádico, al menos en España, sin problemas graves de Loque
Americana.
Esto cambió con la entrada de la varroosis en nuestro país en los años
80. Comienzan entonces los tratamientos con acaricidas para combatir al
ácaro Varroa destructor.
Cobra entonces sentido diferenciar, de cara al consumidor, aquellos
apicultores que combaten la plaga de forma ecológica de quienes lo hacen con
métodos convencionales.
Así se venía haciendo con otras producciones agrícolas.
Esta diferenciación, en mi opinión, es una excelente herramienta
de marketing para vender la miel.
La evolución de la
normativa
La primera regulación de la agricultura ecológica en España data del año
1989, con la aprobación de la Denominación Genérica “Agricultura
Ecológica”.
Posteriormente, en el año 1991, se publica el primer reglamento sobre
producción ecológica.
En este reglamento
de 1991 aparece por primera vez la apicultura ecológica diferenciada y
denominada como tal.
En él se establecen, de manera novedosa, los requisitos que debían
cumplir aquellos apicultores que aspirasen a certificar su explotación como
ecológica.
Tras el reglamento de 1991 vendría otro en 2007, que ahora queda
derogado por este nuevo.
Novedades del nuevo
reglamento
Pues la verdad, aún no he tiempo de revisar el nuevo reglamento.
Es ahora momento tomar las 92 páginas de la normativa y leerla
cuidadosamente para ir entresacando todo aquello que de manera particular
afecta a la apicultura.
Pero parece que, entre otras cosas, se flexibiliza el proceso de
certificación.
Se permitirá, por ejemplo, a una explotación iniciar el proceso de
conversión en sólo una parte de la misma.
Antes, alguien con 500 colmenas, si decidía su conversión a ecológico,
debía hacerlo con todas. No se permitía poner en ecológico un colmenar de 100 y
dejar el resto en convencional.
Ahora, con la nueva norma, parece que esto sí será posible con ciertas
condiciones.
Con esto, se pretende fomentar y facilitar el proceso de conversión de
ecológico a convencional.
Calentamiento y
etiquetado de las mieles ecológicas
Esperemos que la nueva norma aclare y establezca una temperatura máxima
de calentamiento de la miel, algo que no aparecía en la última normativa.
Esto es fundamental, en mi opinión, para diferenciar
estas mieles de otras procesadas industrialmente.
Es algo que dudo que se haga. Esto dificultaría a las grandes empresas
de la miel entrar en el sector ecológico.
Haría más difícil obtener mezclas de mieles y homogeinizaciones
adecuadas.
Actualmente, no existe una limitación de temperatura a la cual puede
calentarse una miel ecológica.
Por ello, pueden encontrarse en el mercado mieles ecológicas que
son “mezclas de mieles originarias y no originarias de la CE”, un
etiquetado tan sospechoso y poco claro como el
de las mieles convencionales.
Desgraciadamente, y aunque el consumidor piensa lo contrario,
en estos momentos, comprar una miel ecológica no es garantía de estar
comprando una miel de mayor calidad que una convencional.
Conclusión y
resumen
Habrá que leer bien el nuevo reglamento para ver en qué aspectos cambian
los requisitos para la apicultura ecológica.
Tendremos que esperar también a que posiblemente se publique otro reglamento
de aplicación que complemente y clarifique este de una forma más específica
para cada producción agrícola y ganadera.
Y recuerda:
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La calidad de una miel no la garantiza la etiqueta
ecológica, sino el cumplimiento de la norma de calidad de la miel. Esta norma es
igual tanto para miel ecológica como convencional, y ambas, si están en el
mercado, la cumplen.
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La certificación ecológica sólo trata de
garantizar la ausencia de ciertos compuestos químicos no autorizados,
aunque no siempre lo consigue1.
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La verdadera calidad la garantiza el buen hacer del
apicultor.