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viernes, 22 de febrero de 2019

las abejas colombianas, se africanizaron por completo.

Un estudio basado en técnicas de biología molecular, elaborado por médicos veterinarios de la Universidad Nacional de Colombia, describe que las abejas colombianas se africanizaron debido a los cruces naturales ocurridos entre ellas. 

Así, se desprende del estudio realizado por el médico veterinario y magíster en microbiología Víctor Manuel Tibatá, quien a partir de técnicas de ADN estableció que el 99 % de los apiarios muestreados eran compatibles con el linaje de abejas africanas.

De la misma manera que se concluyen resultados de paternidad a través de ADN, la secuencia de los nucléolos (citosina, adenina, guanina o timina) de la abejas colombianas tiene una correspondencia casi total con el ADN mitocondrial de las abejas africanas.

El estudio abarcó apiarios de San Andrés, Sucre, Cundinamarca, Huila, Magdalena y Boyacá, este último el departamento que mayor producción de miel genera para el país.

Tras determinar científicamente que la abeja colombiana es africanizada, afirma el médico, entidades como el ICA quedan llamadas a trabajar en protocolos para el tratamiento de esta especie que, si bien es más defensiva, genera mayor producción de miel.

Sensibles al ruido y calor

La abeja africanizada produce un 70 % más de miel que la abeja común. Sin embargo, son una especie más sensible en condiciones de estrés como la perturbación térmica, química e incluso sonora. De hecho, hace cerca de un año y medio un grupo de bomberos tuvo que evacuar una manzana en la localidad de Puente Aranda, en Bogotá, luego que un residente del sector rociara insecticida sobre un panal que se había constituido entre el techo y el canal de aguas lluvia de una casa. Un adulto y una niña resultaron heridos.

El experto en microbiología en abejas sostiene que resulta pertinente evaluar cómo agentes infecciosos relacionados con abejas africanizadas podrían impactar los cultivos y por ende la seguridad alimentaria. “Lo que la gente ignora es que el 40 % de los alimentos consumidos por los humanos está asociado a la actividad de las abejas”, asegura.

En Colombia la industria apícola está más ligada a la producción de miel (se estiman cerca de 100.000 colmenas y cada una produce 30 kilos de miel al año), que en todo caso es menor a la de otros países del vecindario como Argentina, México o Chile. En otras latitudes, por ejemplo Estados Unidos, las autoridades agrícolas han entrado en alerta por la baja cantidad de abejas, pues por su acción polinizadora aceleran el desarrollo productivo de varios cultivos.

Según el médico Víctor Tibatá, todo indica que las africanizadas cada vez son más propensas a tolerar enfermedades. No obstante, en países industrializados la disminución de abejas se produjo por varios virus, bacterias y un hongo, por lo que se trabaja en un proyecto para establecer qué agentes patógenos pueden incidir en la reproducción de estos estabilizadores del ecosistema, en particular cuatro virus: alas deformes, parálisis aguda, virus de la cría ensacada y virus de la celda real negra.

“La intención es que entidades como el ICA o el Ministerio de Agricultura puedan tomar cartas en el asunto y establezcan programas de vigilancia y control para que no pase lo que ocurrió en un momento dado en EE. UU.”, concluye el médico veterinario. 

ABEJAS DEL GRUPO DE LAS ORQUÍDEAS EN AMENAZA POR LOS CAMBIOS EN EL CLIMA

ABEJAS DEL GRUPO DE LAS ORQUÍDEAS EN AMENAZA POR LOS CAMBIOS EN EL CLIMA

Las abejas de las orquídeas neotropicales que dependen de un  clima cálido y húmedo todo el año, han reducido su hábitat  entre  30% y 50%.

Sin embargo, el clima seco representa una gran amenaza. Así lo identificó un estudio de Cornell, en el que se asegura que las abejas de las orquídeas neotropicales que dependen de un  clima cálido y húmedo todo el año, han reducido su hábitat  entre  30% y 50%.
“El conjunto de datos nos dice que si la tendencia (en el futuro) es tener menores precipitaciones, en combinación con la deforestación, el hábitat adecuado para las abejas va a reducirse” dice la investigación que utilizó una serie de modelos de computadores y los datos genéticos que permiten comprender la distribución de abejas durante los cambios del pasado.
La investigadora líder del estudio publicado en la revista online Molecular Ecology, Margarita López Uribe, manifestó que si se reduce el hábitat de las abejas, las poblaciones de estas disminuirán, y los servicios de polinización que ellas proveen también se verán afectados.
El mayor riesgo de la disminución de abejas no es directamente para la floricultura, pero sí para la producción de cultivos como café, cacao, maracuyá, entre otros.
Emilio Mejía Isaza, veterinario zootecnista especialista en Apicultura, considera que no solo es un factor climático  sino que influyen también prácticas humanas  como implementación de pesticidas y de monocultivos, afectando no solo a las abejas sino a los grandes grupos de polinizadores.
Es difícil  pronosticar con certeza cuál es la probabilidad de que esto ocurra y lo que se resalta en el estudio es que si la tendencia del clima es a volverse más seco (como está ocurriendo en muchas regiones del mundo), este tipo de abejas se van a ver seriamente afectadas.
Por lo que para mitigar el riesgo y mantener poblaciones grandes de esta especie, la investigadora considera que se deben conservar los bosques tropicales.
“Muy pocas especies de las orquídeas son capaces de sobrevivir en ecosistemas intensamente modificados para agricultura o áreas urbanas” puntualiza López Uribe.

La buena noticia, en medio de todo, es que las abejas de las orquídeas machos habitualmente se desplazan por largos trayectos.
Algunos estudios realizados anteriormente, han rastreado que estos se desplazan a una distancia  de 7 kilómetros por día aproximadamente.
Con el desplazamiento, es probable que se pueden mantener las poblaciones  conectadas y saludables.
Estos hallazgos corroboran los datos genéticos del presente estudio, los cuales revelan que los machos recorren más distancia que las hembras. Estas tienen preferencia por permanecen cerca de sus nidos.  “Este es un posible mecanismo que las abejas podrían utilizar para aliviar los impactos negativos del aislamiento de la población como consecuencia de futuros cambios climáticos y la deforestación”, agregó.
Finalmente, al observar la distribución del clima y de la apicultura actual, López Uribe y sus colegas evaluaron los parámetros de las condiciones climáticas que cada una de las tres especies de abejas dentro del género Eulaema podían tolerar fisiológicamente, incluyendo la temperatura y la variabilidad de las precipitaciones.
Se encontró asimismo, que una de las tres especies, Eulaema cingulata,  fue tres veces más tolerante a una variedad de condiciones climáticas que las demás.
Viven en centro américa
Las abejas de orquídeas viven en el neotrópico, una zona que incluye parte de Sur y Centro América, las tierras bajas de México y las islas del Caribe.
Se trata de uno de los polinizadores más importantes que se encargan de  visitar muchos tipos de plantas, incluyendo unas 700 especies de orquídeas. Mientras las hembras permanecen cerca de sus nidos, los machos se  desplazan 7 kilómetros de distancia por día.

CIENTÍFICOS DESARROLLARON LA PRIMERA VACUNA PARA ABEJAS CONTRA INFECCIONES MICROBIANAS

CIENTÍFICOS DESARROLLARON LA PRIMERA VACUNA PARA ABEJAS CONTRA INFECCIONES MICROBIANAS


En el futuro, podría usarse esa tecnología para combatir enfermedades fúngicas y otras infecciones bacterianas.
Con cada año que pasa, cada vez más abejas melíferas mueren debido a los pesticidas, la desaparición de hábitats, una mala nutrición y el cambio climático, lo que podría acarrear consecuencias desastrosas para la agricultura y la biodiversidad.

Ahora, científicos de la Universidad de Helsinki desarrollaron la primera vacuna comestible contra las infecciones microbianas, con la esperanza de salvar aunque sea a algunas de las polinizadoras.

“Puede que ahora mismo nos encontremos en un punto de inflexión, incluso sin darnos cuenta”, dijo Dalial Freitak, la científica que dirige el proyecto, en entrevista el miércoles. “Hace mucho tiempo que damos por sentados los servicios de polinización. Estos insectos no están allí, están desapareciendo”.

La primera vacuna protege a las abejas de la loque americana, una enfermedad presente en todo el mundo que puede arrasar colonias enteras y cuyas esporas pueden mantenerse viables por más de 50 años. En el futuro, podría usarse esa tecnología para combatir enfermedades fúngicas y otras infecciones bacterianas.

La vacuna se aplica por medio de un medallón de azúcar comestible que se suspende en la colmena para que la reina lo consuma en siete a diez días. Tras ingerir los patógenos, la reina puede provocar una respuesta inmunológica en su descendencia, lo que termina inoculando la colmena.

Todavía hay que trabajar mucho en la vacuna para que esté comercialmente disponible. Los científicos deben asegurarse de que sea segura para el ambiente, para las propias abejas y para los humanos que consumen la miel. Se tardará años en superar los obstáculos reguladores. Además, es muy pronto para estimar cuánto tendrán que pagar los apicultores para comprar colmenas inoculadas, dijo Freitak.

Si bien un mayor número de abejas también podría beneficiar cultivos que no necesitan polinización, como las papas, el arroz, el trigo, los frutos ricos en vitaminas como las manzanas, los tomates y los cítricos no pueden florecer sin ellas, dijo Freitak.

“Este problema verdaderamente nos afecta a todos”, dijo. “Tenemos que comenzar a atacarlo en todas partes”.

USO DE AGROQUÍMICOS EN CULTIVOS Y FENÓMENO DEL NIÑO PREOCUPAN A LOS APICULTORES DEL DEPARTAMENTO DE SUCRE

USO DE AGRO-QUÍMICOS EN CULTIVOS Y FENÓMENO DEL NIÑO PREOCUPAN A LOS APICULTORES DEL DEPARTAMENTO DE SUCRE




Durante una reunión entre los apicultores de varios municipios de Sucre y la secretaría de Desarrollo Económico y Medio Ambiente departamental, los productores expresaron su preocupación por el uso de agroquímicos en varios de los cultivos, lo que aseguran, disminuye el número de abejas recolectoras de néctar y polen

El apicultor Jaime Meza Rivera, del municipio de Corozal, reafirmó que el uso de plaguicidas en los cultivos los ha afectado considerablemente y que la recolección de polen ha bajado entre un 30% y 40%, lo que conlleva a la disminución de producción de miel.

El secretario de desarrollo, Romano Díaz Gamarra, expresó que “buscamos estrategias para preservar la vida de las abejas, ya que los incendios y agroquímicos las ponen en riesgo”. De igual forma, señaló que las entidades estudian cómo hacer para regular los insumos químicos que se utilizan en los distintos cultivos del departamento.

Esto se suma a la preocupación que tienen los productores con los efectos que tendría el fenómeno de El Niño en la apicultura este año. Según el informe que entregó la Cadena Apícola publicado por el diario El Meridiano, se estima que la producción se redujo 50 % con respecto a 2017, ya que pasó de entre 305 y 320 toneladas a 160, a pesar de que se tienen las mismas 8.000 colmenas. Las pocas lluvias del año pasado y las de este demuestran que la oferta floral seguirá a la baja.

martes, 12 de febrero de 2019

cantidad de colmenas por apiario

MÚLTIPLES ELEMENTOS
¿Cuántas colmenas por apiario?



  Factores que inciden en el número de colonias por colmenar. Cantidad de colmenas según la función y uso del apiario. Número de cajas aconsejable para quien se inicia en apicultura.



La cantidad de colmenas que puede instalarse en un lugar está directamente relacionada con varios factores determinantes o de menor importancia; entre otros se destacan:
1- Calidad de la flora apícola de la zona.
2- Cantidad de floración.
3- Extensión del período durante el cual esta flora está disponible para las abejas.
4- Factores climáticos.
5- Capacidad de trabajo del apicultor.
Todos estos factores hacen que existan lugares en donde no se pueden instalar apiarios de más de 50 colmenas, en tanto otras zonas, muy prósperas, donde existan coincidencias de muchos factores positivos, pueden “soportar” 150 ó 200 colmenas, con un rinde de 50 kilogramos o más por cada una.

El número aconsejable –en general- es el que establece el rango de 50 y 100 colmenas, que es una cantidad absolutamente manejable para un apicultor medianamente experimentado.

En primer lugar, entonces, hay que hacer una evaluación del aporte de néctar y polen en cantidad, calidad y continuidad, que se pueden tener en un radio de 1000 a 1500 metros respecto del apiario.

Así será posible asegurar la continuidad del flujo nectarífero y polinífero para lograr un armónico desarrollo de la colonia de abejas en el tiempo adecuado, conforme va aumentando la población .


La duración de esas flores y la cantidad de néctar ( su concentración en azúcares) o polen depende de:
a) El estado fisiológico de la vegetación (joven, vieja, sana, con plagas, bien nutrida, con alguna carencia de minerales del suelo, etc.)
b) Del clima tiempo previo (lo que ha preparado una buena floración o la ha desgraciado) y durante el trascurso de la floración.
c) El manejo agropecuario que se realice de la floración si es un campo agrícola, como por ejemplo fumigaciones, cosechas o pastoreos antes de las floraciones.

En suma, como aspectos referidos a la flora melífera hay que tener en cuenta como mínimo cinco factores: cantidad de floración, calidad de las flores, variedad existente en el lugar, clima y si hay cortes largos entre floraciones o por el contrario se da una cierta continuidad entre la primavera y verano. Además de las limitaciones del manejo agropecuario mencionadas.



Capacidad de trabajo del apicultor
Otro dato importante en la expansión de colmenas es tener en cuenta la capacidad de trabajo del apicultor y sus posibilidades de transporte de carga. Si puede atender tan sólo 20 colmenas en un viaje y tiene 80 colmenas en un sólo lugar, en época de cosecha deberá ir, en el mismo día, 4 veces seguidas al mismo colmenar.
En cambio si posee una capacidad de trabajo y transporte como para atender 50, 60 u 80, estaría en un buen y económicamente conveniente número de colmenas por apiario.
En general en zonas de praderas con buen aporte de néctar, hablando de apiarios en producción de miel, la mayoría de los apicultores arman colmenares de entre 70 a 100 colmenas.
Otro factor muy importante, es la saturación de la zona con colonias de otros colmenares cercanos. Se debe considerar que las abejas pueden volar hasta 8 kilómetros en busca de alimento, pero cuanto más lejos, más esfuerzo deben realizar y perder más tiempo para la misma cantidad de comida.
Como norma ética no escrita, es bueno evitar la concentración de colmenas en una misma región, salvo en aquellos casos de floraciones masivas con gran oferta nectífera, tales como, por ejemplo, las del eucaliptos, en las que no hay problemas si hay gran cantidad de abejas.
En condiciones comunes, sin embargo, la alta concentración de abejas seguramente provocará bajas en los rendimientos. Además, está el perjuicio latente de las enfermedades y parásitos en los sitios con demasiada concentración de abejas. También se acentúan las posibilidades de pillaje.
Como consejo, la distancia entre colmenares no debería ser menor a los 4 ó 5 kilómetros. Y en caso de que la fuente nectarífera fuera de excelentes proporciones, la distancia entre colmenares debe superar como mínimo los 1500 metros.
La conclusión entonces es que antes de incrementar el número de colmenas por colmenar se tenga en cuenta el aporte floral, el clima, la capacidad de trabajo del apicultor y la distancia de otros apiarios.



Cantidad de colmenas según la función y uso del colmenar

La cantidad de colmenas depende también de la función y uso que se le dé al colmenar:

• Para producir miel, apicultores experimentados consultados por Portal Apícola no recomiendan más de 50 colmenas. Cómo máximo, según la floración de la zona y la fuerza de las colmenas, se puede elevar esta cantidad a 80 ó 100. Se insiste aquí en que debe estudiarse la zona. Empezar con pocas colmenas y luego incrementar el número.

• Para criar núcleos, se puede llegar a instalar hasta 100 ó 150 colmenas por colmenar. Todo depende del cuidado y seguimiento que se haga de los núcleos.

• Para la fecundación de reinas, pueden reunirse hasta 300 ó 400 núcleos de fecundación en un colmenar.

El primer colmenar: número de colmenas para quien se inicia

Una vez que se ha elegido el lugar para instalarse habrá que tener en cuenta cómo se consigue el primer apiario y cuál debe ser su tamaño.
Lo que se recomienda es comenzar con un número pequeño de colmenas.
Dado que las primeras colmenas serán las que soporten los errores más importantes del nuevo apicultor, tampoco es oportuno comenzar con una sola. Las dificultades que se presenten pueden hacer que se pierda la colmena y con ella se esfume el “sueño apícola”.
No deberían ser más de veinte colmenas, ya que de ser superior la cantidad, el cúmulo de detalles que se deben aprender tornaría inmanejable la tarea.
Por eso, el número de colmenas adecuadas para iniciarse está en el rango de entre las dos y las 20, según los recursos económicos y las posibilidades de asesoramiento y guía de que disponga el apicultor iniciado.

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