Un estudio basado en técnicas de biología molecular, elaborado por médicos veterinarios de la Universidad Nacional de Colombia, describe que las abejas colombianas se africanizaron debido a los cruces naturales ocurridos entre ellas.
Así, se desprende del estudio realizado por el médico veterinario y magíster en microbiología Víctor Manuel Tibatá, quien a partir de técnicas de ADN estableció que el 99 % de los apiarios muestreados eran compatibles con el linaje de abejas africanas.
De la misma manera que se concluyen resultados de paternidad a través de ADN, la secuencia de los nucléolos (citosina, adenina, guanina o timina) de la abejas colombianas tiene una correspondencia casi total con el ADN mitocondrial de las abejas africanas.
El estudio abarcó apiarios de San Andrés, Sucre, Cundinamarca, Huila, Magdalena y Boyacá, este último el departamento que mayor producción de miel genera para el país.
Tras determinar científicamente que la abeja colombiana es africanizada, afirma el médico, entidades como el ICA quedan llamadas a trabajar en protocolos para el tratamiento de esta especie que, si bien es más defensiva, genera mayor producción de miel.
Sensibles al ruido y calor
La abeja africanizada produce un 70 % más de miel que la abeja común. Sin embargo, son una especie más sensible en condiciones de estrés como la perturbación térmica, química e incluso sonora. De hecho, hace cerca de un año y medio un grupo de bomberos tuvo que evacuar una manzana en la localidad de Puente Aranda, en Bogotá, luego que un residente del sector rociara insecticida sobre un panal que se había constituido entre el techo y el canal de aguas lluvia de una casa. Un adulto y una niña resultaron heridos.
El experto en microbiología en abejas sostiene que resulta pertinente evaluar cómo agentes infecciosos relacionados con abejas africanizadas podrían impactar los cultivos y por ende la seguridad alimentaria. “Lo que la gente ignora es que el 40 % de los alimentos consumidos por los humanos está asociado a la actividad de las abejas”, asegura.
En Colombia la industria apícola está más ligada a la producción de miel (se estiman cerca de 100.000 colmenas y cada una produce 30 kilos de miel al año), que en todo caso es menor a la de otros países del vecindario como Argentina, México o Chile. En otras latitudes, por ejemplo Estados Unidos, las autoridades agrícolas han entrado en alerta por la baja cantidad de abejas, pues por su acción polinizadora aceleran el desarrollo productivo de varios cultivos.
Según el médico Víctor Tibatá, todo indica que las africanizadas cada vez son más propensas a tolerar enfermedades. No obstante, en países industrializados la disminución de abejas se produjo por varios virus, bacterias y un hongo, por lo que se trabaja en un proyecto para establecer qué agentes patógenos pueden incidir en la reproducción de estos estabilizadores del ecosistema, en particular cuatro virus: alas deformes, parálisis aguda, virus de la cría ensacada y virus de la celda real negra.
“La intención es que entidades como el ICA o el Ministerio de Agricultura puedan tomar cartas en el asunto y establezcan programas de vigilancia y control para que no pase lo que ocurrió en un momento dado en EE. UU.”, concluye el médico veterinario.