Cuando las personas se sienten deprimidas y ansiosas tienden
a ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Una investigación publicada
en la revista Current Biology revela que las abejas también tienen un punto de
vista pesimista de la realidad tras verse sometidas a una situación de estrés.
"Las abejas estresadas por el ataque simulado de un depredador tienen la
misma respuesta emocional que un humano deprimido, y perciben su entorno con
pesimismo", explica Geraldine Wright, de la Universidad Newcastle (Reino
Unido), coautora del estudio.
Para averiguar cómo perciben las abejas el mundo que les
rodea, Wright y sus colegas hicieron que los insectos juzgaran si un aroma
determinado presagiaba algo bueno o malo. En primer lugar fueron entrenadas
para relacionar un olor con una recompensa dulce y otro con el sabor amargo de
la quinina. Una vez aprendido, las dividieron en dos grupos y sometieron a uno
de ellos a estrés. Cuando volvieron a exponerse a los dos olores, así como a
varias combinaciones de ambos, las abejas estresadas mostraban menos interés
hacia el olor que identificaban con quinina -y lo "probaban" menos-
que el resto de los insectos. Es decir, según los autores, sus expectativas
hacia el desagradable sabor amargo eran mayores, lo que indica que hacían un
juicio más negativo o pesimista de la situación.
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